jueves, 28 de febrero de 2013

WEEKEND




Existen muchas películas que por desgracia pertenecen al denominado grupo de cine invisible, es decir, todas aquellas producciones que no consiguen (o no buscan) una oportunidad para su distribución en salas comerciales. Generalmente son películas independientes, de arte y ensayo, películas arriesgadas que se adentran en temas que cuestionan la actualidad, un cine que nos acerca a debates intocables y cuentan con una mayor libertad artística que cualquier producción de un gran estudio. Por suerte, este tipo de cine cada vez tiene más repercusión en muchos festivales que buscan precisamente acercarnos a ellas, dónde pueden conseguir además llamar la atención de algún pequeño distribuidor más atrevido que compre los derechos para su venta orientada al mercado doméstico e incluso, en contadas ocasiones, a la propia exhibición en cines. Además, gracias a Internet cada vez es más común que el público pueda acercarse a estas obras, ya sea por las webs de visión por pago que suelen ser más atrevidas a la hora de seleccionar sus filmes, a la autodistribución de la propia película, o a la tan perseguida piratería, que dicen, tanto daño hace a la industria, pero que, como es evidente, da la oportunidad de convertir pequeñas películas, en grandes filmes que incluso logran el estatus de cintas de culto.

Buen ejemplo de ello es el filme que hoy ocupa esta pantalla, una película que pudo verse en nuestro país gracias, por ejemplo, al Festival de Cinema d’Autor de Barcelona y que ha ganado un buen número de premios en otros tantos festivales internacionales. Una película que ejemplifica muy bien el funcionamiento del boca a oreja, y que gracias a la gran herramienta que es Internet, ha logrado no solo acercarse a ese estatus de culto gracias a su temática y estilo, si no que ahora puede verse en los cines españoles. Pero atención, este tipo de películas, una vez han logrado hacerse un hueco en la cartelera entre los filmes de Hollywood y las obras de directores sobradamente reputados, no suelen tener un trato demasiado preferente a la hora de exhibirse en muchos cines o permanecer demasiado tiempo en cartel, así que sólo podrá verse en cines de grandes ciudades y, aunque espero equivocarme, durante pocas semanas, es por eso que es mejor no dejar pasar mucho tiempo e ir lo antes posible al cine más cercano para disfrutar de Weekend.

Un viernes por la noche, Russell visita un club nocturno en soledad tras despedirse de sus amigos en una fiesta, está sólo por qué es el único de ellos homosexual y siente la necesidad de sentirse arropado en un circulo dónde pueda ser él mismo, sin esconder su identidad. Allí conoce a Glen, con quien pasará la noche en su piso alquilado. A partir de ahí empieza una relación entre los dos, una relación que durará sólo un fin de semana, pues Glen, debe partir pronto de la ciudad.

Weekend es una pequeña gran película que pertenece a esas historias romanticas que tantas veces se nos han contado, pero que gracias a su otro punto de vista entra en un selecto grupo de películas que destacan sobre todas las demás. El segundo metraje del inglés Andrew Haigh, que no abandona la temática homosexual de su primer trabajo, Greek Pete, nos introduce en la historia de amor entre dos desconocidos que se topan el uno con el otro de un modo totalmente casual y, que juntos, pueden liberarse de toda atadura, gracias a no contar con acondicionadores que les limiten y explorar así sus propias ideas mostrando su personalidad abiertamente el uno con el otro, un ejercicio que incluye parte de autoconocimiento. La presión temporal que sufren, ya que sólo podrán estar juntos un fin de semana, les ayuda a conseguir ese desnudo emocional que el filme sabe transmitir con tanta sinceridad en unos actos de entrega absoluta y sin miedo ni temores.

Un filme intimo que nos hace sentir como boyers mirando a través de una ventana, escudriñando en la intensidad de unos diálogos desinhibidos y personales, que nos hacen sentir participes completos de la relación, desde el principió hasta su desenlace. Una obra que nos habla de las dificultades de complementarse, de la tristeza causada por la soledad, del auto-aislamiento y de no poder ser aquello que sé es.

Hasta aquí poco nos importa la sexualidad de los dos chicos protagonistas, cualquier espectador podría sentirse identificado con ellos al igual que lo puede conseguir con otras parejas fílmicas similares (Ethan Hawke y Julie Delpy en Antes de amanecer; por citar un ejemplo), así tenemos una fabulosa obra que retrata la posibilidad de encontrar el amor, aunque este sea en el momento no adecuado, y eso es lo que más interesante hace a este filme, esa capacidad de convertir la intima historia de dos chicos en una historia de lo más universal. Pero es evidente que la característica más llamativas de los protagonistas (su homosexualidad) juega un importante papel en el metraje y que se puede analizar en varios aspectos. Por un lado, ese juego de identidad pública e identidad privada a la que se ven sometidas muchas personas que viven en una sociedad esquemáticamente construida, y que tan bien nos muestra Weekend, algo que no sólo conocemos por sus imágenes ni los momentos vividos, sino que lo refuerzan esos diálogos limpios que tanto sinceran a sus protagonistas. Por otro lado, la película, no quiere trasladarse a los esquemas románticos tan característicos del cine americano que crean un mundo fuera de toda realidad, Haigh no obvia aspectos que pueden envolver a la sociedad, y aunque fuera de campo y sin mantenerse en ello, algo totalmente acertado, no tiene miedo en cincelar temas que dotan de veracidad al filme como puede ser la homofobia y haciendo así hincapié en que lo privado no se ve exento de lo político, de este modo condiciona también a la pareja posicionándolos en la relación.

Más allá de su contenido sólo quedan alabar sus aspectos técnicos que demuestran, una vez más, como con poco presupuestos se pueden conseguir cintas maravillosas. Una melancólica e intimista banda sonora de James Edward Barker que juega con los tonos emocionales de la historia, mismo efecto que consigue Urszula Pontikos con su fotografía de tonos fríos y localizaciones que logran similitudes con los esquemas sociales sin necesidad de dar más explicaciones.

Señor@s, no hay que perderse esta inteligente, intensa y tierna película ahora que ha logrado hacerse un hueco en las salas de cine (parecía que ese retraso tras retraso en aparecer en cartel no terminaría nunca). Tras verla varias veces y sintiéndome cada vez más atraído por su luz, yo no voy a dejar pasar la oportunidad de degustarla una vez más, esta vez en pantalla grande.

Weekend se estrena el 1 de marzo en cines.


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TÍTULO ORIGINAL Weekend
AÑO 2011
DURACIÓN 96 min.
PAÍS Reino Unido

IDIOMA Inglés
DIRECTOR Andrew Haigh
GUIÓN Andrew Haigh
MÚSICA James Edward Barker
FOTOGRAFÍA Urszula Pontikos
REPARTO Tom Cullen, Chris New, Jonathan Race, Laura Freeman, Loreto Murray, Jonathan Wright, Sarah Churm, Vauxhall Jermaine, Joe Doherty, Kieran Hardcastle, Julius Metson Scott, Martin Arrowsmith
PRODUCTORA Glendale Picture Company
GÉNERO Romance. Drama
TEMÁTICA Homosexualidad. Drama romántico. LGBTIQ


SINOPSIS
Un viernes noche, tras una fiesta en casa con sus amigos heteros, Russell visita un club gay donde a última hora conoce a Glen. Ambos comienzan entonces una relación de fin de semana, pero lo que parecía que iba a ser el rollo de una noche comienza a tener la intensidad de un shock emocional de largo alcance.

PREMIOS
2011: British Independent Film Awards: Mejor promesa (Tom Cullen), Mejor producción.
2011: L.A. Outfest: Gran premio del jurado
2011: London Film Festival: 2 Nominaciones; Director, actor (Tom Cullen)
2012: Circulo de críticos de Londres: Mejor director independiente, Nominada a actor britanico del año (Tom Cullen)
2012: Rotterdam International Film Festival: Premio MovieZone


CRÍTICAS
+ "Un trabajo perfecto. Una emotiva, actual e intensa exploración de sexo, intimidad y amor." (A. O. Scott: The New York Times)

+ "Un filme de una inmediatez casi documental y un logrado realismo sucio (...) a Haigh le basta la mirada de sus actores para extraer estallidos de verdad y gran cine de este romance de fin de semana" (David Bernal: Cinemanía)

PUNTUACIONES
- Descubrepelis: 7,8
- Filmaffinity: 7,2
- IMDB: 7,4
* Media: 7,5

TRAILER



VER TAMBIÉN


3 comentarios:

  1. Pues tiene buena pinta, si.

    Que no has visto El último Mohicano? Anímate, que está muy entretenida. Cuando el ganador la eligió me advirtió (yo no lo sabía) que había varias versiones y que incluso cambiaba la voz de Day-Lewis. Busqué dos pelis y efectivamente así era. Por lo que él me dijo la "mejor" era la que salió originalmente en Vhs. Luego en la versión de dvd le cambiaron la voz e incluso algún diálogo. Yo al final vi esta versión:

    http://www.youtube.com/watch?v=FbnA6SbTjjs&fb_source=message

    (En el minuto 3:05 puedes oir la voz del prota. En la otra versión la voz de Day Lewis es la de Brian de Padre de familia)

    Saludos.

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  2. Sin ser tan entusiasta, estoy completamente de acuerdo en que es una película hermosa, sincera, bien realizada, muy bien interpretada, que como dices ejemplifica el fenómeno del boca/oreja y que todos los cinéfilos deberían tener en cuenta para intentar no perderse.

    Un abrazo.

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  3. ¿Es más romance que drama o viceversa? Para saber si está mi mood actual como para verla D:
    ¿Tú pusiste en facebook un artículo precisamente de cómo el apagón de megaupload había afectado sobre todo al cine independiente? Porque, claro, son cintas que no se distribuyen mucho pero si se van conociendo aunque sea por medios no legales, las recomendaciones ayudan a que sus pocas exhibiciones sean más productivas que si nadie las conoce. Una pena que la industria del cine no aproveche la tecnología y sólo la condene. Que uno no quiere cometer un crimen, sólo quiere ver todo el cine que se pueda.

    Saludos.

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