domingo, 28 de abril de 2013

BOY EATING THE BIRD'S FOOD


Ya estamos de lleno en el ecuador de la nueva edición del D'A (Festival internacional de cine de autor de Barcelona) que se celebra en la ciudad condal del 25 de abril al 2 de mayo (10 de mayo con las retrospectivas en la Filmoteca). Como ya comenté el año pasado es una gran oportunidad no sólo para descubrir películas de extraña o escasa distribución en las salas comerciales (especialmente con la crisis de las distribuidoras que más tocan este cine, como el caso de la inminente desaparición Altafilms), si no también para descubrir miradas cinematográficas únicas con propuestas sobradamente interesantes y de gran variedad. Si lo que buscáis es seguir al dedillo todo lo que va pasando por el festival os remito a Lost Highway Blog y Después de 1984, que un año más nos regalan una crónica bien completa.
Entre las secciones de este año encontramos Direcciones, dónde se programan las mejores películas que se han podido "ver" este año y sin distribución comercial para poder disfrutarlas, títulos como À perdre la Raison de Joachim Lafosse, A long and Hapy Life del ruso Borís Khlebnikov, Frances Ha de Noah Baumbach o The We and I, del sobradamente conocido Michael Gondry. En Realidades se nos ofrecen aquellas películas con personajes sobrepasados por los limites de la realidad, dónde los dramas reales llenan la pantalla, en esta sección se pueden descubrir filmes como La pirogue de Moussá Touré o The Land of Hope del japonés Sion Sono. En Filmes diaries podemos descubrir aquellas películas rodadas en primera persona, que mezclan lo biográfico y personal con la ficción (o no), son imperdibles películas como Mi loco erasmus de Carlo Padial, Mapa de León Siminiani, o Dos días y medio de Pablo Diconca. En Autoría catalana propuestas tan sugerentes como la notable Otel·lo de Hammudi Al-Rahmon Font, Volar de la pirenaica Carla Subirana, o Et dec una nit de divendres de Dimas Rodríguez son algunas de las películas dónde los autores catalanes ofrecen sus mejores trabajos con una perspectiva fresca y distinta. Este año el festival tiene como país destacado Rumanía, creando una retrospectiva en la Filmoteca y una selección de los mejores filmes de Cine rumano que podrán verse durante los días del festival, Best Intentions de Adrian Sitaru, California Dreamin' de Cristian Nemescu o Martes, después de Navidad son algunas de las propuestas además de una estupenda selección de cortometrajes. Por último en Talentos, una selección de nombres que podrían ser los nuevos autores del futuro del cine de autor, una serie de propuestas dónde encontramos propuestas tan sugerentes como Kauwboy de Boudewijin Koole, Los ilusos de Jonás Trueba, Wasteland de Rowan Athale o el filme que hoy nos ocupa, la estupenda Boy eating the Bird's Food / Ektoras Lygizos de Ektoras Lygizos.

Tenemos la suerte que esta es la segunda vez, y en poco margen de tiempo, que Boy eating the Bird's Food puede verse en nuestro país, ya que algunos pudieron descubrirla en el último Atlantida Film Fest, y disfrutar de ella (o no), cosa bastante extraña y que habrá sucedido gracias a la alineación de algunos planetas, esperemos que esta no sea la última oportunidad y se pueda disfrutar por nuevos medios (aunque sea festivaleros).

En Europa contamos, o hemos contado, con filmografías tan potentes como la francesa, la italiana, la austríaca o la británica, que han conseguido grandes éxitos comerciales, importantes cintas históricas, o múltiples premios internacionales, por eso es interesante echar la mirada a aquellos países con una filmografía más pequeña, pero tan potente (y parece ser que emergente) como la griega, dónde nombre como Angelopoulos o Costa-Gavras han sido de los pocos en hacerse un hueco como grandes. Pero poco a poco van apareciendo jóvenes realizadores con mucho que contar, y que empiezan a crear despacito un nuevo movimiento de cine europeo en su país, el cual tiene mucho que ofrecernos (os recomiendo el artículo de Guillermo Roqués en Nonada: La crisis, Grecia y el cine raro, para ampliar información sobre el tema). De estos nuevos realizadores no puede faltar el novel Ektoras Lygizos y su Boy eating The Bird's Food.

Un joven contratenor del que poco sabemos deambula en el tiempo sin beneficio ninguno, conviviendo en su pequeño piso con tan solo un canario como compañero de piso. El joven, a causa de sus pocos recursos económicos, verá poco a poco degradada su existencia intentando encontrar la manera de llevar-se algo a la boca. Hurtar un poco de azúcar al vecino, aceptar comida de desconocidos o compartir el alpiste con su pájaro son sólo algunas de las maneras de engañar a su estomago mientras poco a poco su vida va cayendo en una espiral de final inexacto.

Lygizos nos zambulle así en una historia tan actual y universal como es la nueva pobreza de la clase media, en una crítica tan blanca que de bien seguro puede no gustar a muchos, pero esa misma actitud es la que puede encandilar a otros tantos. Autores como los Dardenne o Loach se centran en el drama social más claro para emocionarnos, Haneke o Trier lanza su crítica con ferocidad o Aronofsky se centra en el impacto visual y videoclipero, con excelentes e interesantes resultados, pero pocos se han decantado por ofrecernos una visión contemplativa y austera sobre estos temas, ejemplo de ello son las películas de Kelly Reichardt como Wendy y Lucy, o la opera prima de Lygizos.

De este modo tan austero se nos introduce en una película con un protagonista con el que posiblemente no consigamos empatizar, y es ese mismo motivo el que convierte el metraje en interesante, ya que de este modo nos topamos con un protagonista al que no queremos conocer, cómo a cualquier vagabundo de la calle al que intentamos no mirar cuando nos cruzamos, rompiendo así todas las reglas del cine, y no por ello no consigue acercarnos a su historia y a sentirnos atraídos por ella. Cámara en mano, su realizador nos conduce a espaldas de ese joven pelirrojo desconocido, en su día a día, abriéndonos su soledad, sus problemas, pero sin presentarnos la radiografía que le envuelve, sin interiorizar en sus pensamientos, sus anteriores problemas, no podemos saber que le lleva a algunas acciones, es tan solo un personaje anónimo más de la sociedad que nos envuelve, y que tan poco nos importa.

El filme, de imagen clara y escasos diálogos, ha creado polémica a causa de una secuencia tachada de pornográfica y oportunista por su explicitad, aunque a mi parecer vacía de porno gracias al contenido del filme y sin mucho más interés alarmista que le quieran dar algunos, en tiempos que corren, muchas otras películas ya han abordado imágenes de este tipo y por eso me sorprende las críticas centradas en algo tan pequeño y que se pueden leer por ahí intentando eclipsar la totalidad de un filme tan fresco como Boy eating the Bird's Food. A lo que si da pie este pequeño momento del filme, además del resto del metraje, es en la estupenda implicación e interpretación de un joven Yiannis Papadopoulos que parece nacido para este complicado papel, un actor que parece haber sido creado para esta ocasión, y que sin dudar es una de las agradables sorpresas de la cinta griega.

Que Boy eating the Bird's Food es una película complicada para el gran público a causa de su estilo contemplativo es un hecho, pero no un motivo de suficiente peso para no lanzarse a su  descubrimiento, ya que a pesar de que finalmente uno no se quede satisfecho por completo con ella, si se quede satisfecho por haberse adentrado en un campo tan novedoso en estilo como en contenido, que puede dejar huella en nuestra cabeza. Una de las mejores cintas que he podido ver en lo que llevamos de año, y que no dudaría en volver a devorar.


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TÍTULO ORIGINAL To agori troei to fagito tou pouliou
AÑO 2012
DURACIÓN 80 min.
PAÍS Grecia
IDIOMA Griego
DIRECCIÓN Ektoras Lygizos
GUIÓN Ektoras Lygizos
FOTOGRAFÍA Dimitris Kasimatis
REPARTO Yiannis Papadopoulos, Lila Mpaklesi, Vangelis Kommatas, Kharálampos Goyós, Konstadinos Voudouris
PRODUCTORA Guanaco / Stefi Films
GÉNERO Drama
TEMÁTICA Crisis económica. Pobreza. Drama social

SINOPSIS
Si los nuevos ricos ostentan, los nuevos pobres llevan la procesión por dentro, bajo un barniz de incierta clase media. Un joven y nervioso contratenor sin empleo vive en un desangelado piso ateniense sin apenas contacto con otros seres humanos ni alimentos que llevarse a la boca. La obtención de nutrientes es un serio problema que capea de mil diversas maneras: desde distraer el azúcar del vecino hasta compartir alpiste con su canario. Un tenso deambular copa sus días, sólo interrumpido por eléctricos y desesperados estallidos de acción, desconcertantes epifanías que llegarán a su clímax cuando el agua deje de salir de los grifos y el desahucio empiece a amenazar.

PREMIOS
2012: Festival de Sevilla: Giraldillo de plata (2ª mejor película), mejor actor (Yiannis Papadopoulos)
2012: Festival de Toronto: Nominada al Discovery Award i al FIPRESCI
2012: Karlovy: Mención especial para el actor Yiannis Papadopoulos, nominada al Globo de cristal
2012: Festival Thessaloniki: Mejor actor (Yannis Papadopoulos), premio FIPRESCI sección griega
2012: Festival Tallinn Black Nights: Nominada al Gran premio
2012: D'A: A concurso en la sección Talents (pendiente de resultado)

CRÍTICAS
+ "En su imperfección y sus errores, existe algo crudo y hermoso en esta cinta. Puede que sea excesiva para los distribuidores (la anteriormente mencionada escena de onanismo desanimará a más de uno), pero Boy Eating the Bird's Food debería hacerse con un hueco en el circuito de festivales. Lygzios es un talento al que seguir de cerca de cara al futuro." (Laurence Boyce: Cineuropa)

+ "Boy Eating the Bird’s Food es un poderoso retrato, incómodamente honesto y verdaderamente devastador de un hombre joven que lucha no sólo para alimentar y albergarse a sí mismo, sino también agarrando un sentido desvanecimiento de la identidad, la masculinidad y la autoestima. Una actuación valiente de Papadopoulos en el consumado debut de Lygizos, así que merece todo el reconocimiento de la crítica, ya que sin duda, la recibirá en el circuito de festivales y más allá." (Jessica Shields: NY Times)

+ "El hambre y la alienación en las calles de Atenas de hoy en día. (...) Un estudio de carácter íntimo con un subtexto mordazmente tópico, este drama indie Atenas-set ofrece una alternativa más sombría de la corriente griega New Wave del surrealismo estilizado personificado por Yorgos Lanthimos y Athina Rachel Tsangari." (Stephen Dalton: Hollywood Reporter)

- "[...] La película, con una idea muy interesante y alguna gran escena (no puedo olvidarme de ese grito) peca de autocomplaciente en su propio rupturismo ególatra y confuso que en mi caso hace que la historia me vaya dejando de interesar durante su metraje y en muchos momentos, me aburra. Y de verdad que es una lástima porque podría haber dado mucho más de sí. Nota: 3 de 5" (David Amorós: Lost Highway Blog)

+ "Boy Eating the Bird’s Food es otra de esas obras que, además de extraña, resulta tan intrincada como poco o nada placentera, pero consigue entretejer un discurso convencido y decidido a analizar la situación de un país cuyo camino encuentra semejante en el asfixiante periplo de un personaje que nos sumerge en la (ir)realidad de una patria que él mismo configura como desnutrida, oculta y rodeada de ruinas, por si alguien llegó a creer que Yorgo comía alpiste por capricho." (Ruben Collazos: Cine maldito)

- "La  historia, deslavazada y falta de ritmo, parece que lo que busca es que comprendamos a quien, directamente, no se hace entender. El tiempo de las adivinanzas, de los acertijos cinematográficos, pasó. No se trata de que nos lo den todo mascado, pero sí al menos que el espectador cuente con unos mínimos datos que puedan hacerle saber qué terreno está pisando." (Enrique Colmena: Criticalia)

+ "Enmarcada en la nueva ola de cine griego nacida justo cuando el país heleno se ve sumido dentro de un contexto político, económico y social con tintes ciertamente catastróficos, Boy Eating the Bird’s Food, debut en el largometraje de Ektoras Lygizos, se basta del anodino día a día de ese errático y perturbado joven en paro para tejer un profundo y demoledor discurso sobre una contemporaneidad sumida en la recesión." (Daniel Jimenez: Cinema Ad Hoc)

PUNTUACIONES
- Descubrepelis: 9,4
- Filmaffinity: 6,1
- IMDB: 6,4
* Media: 7,3

TRAILER


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