Arrancamos con Atlántida Film Fest (AFF) con una propuesta que ya pudo verse antes en Barcelona de la mano de Americana Film Fest: Buzzard, cinta con la que Americana inauguraba su última edición, pase al cual, por desgracia, no pude acudir. Apareciendo en ambos festivales debía ser una propuesta interesante a la fuerza.
Marty se aburre en su monótono trabajo temporal y subsiste a través de pequeñas artimañas que encuentra en los vacíos legales de su banco, mintiendo en su empleo, o aprovechando cualquier oportunidad para sacar lo que sea. Su vida sigue a un ritmo lento, hasta que una de esas trampas le sale mal, y no solo puede que le cueste el empleo, si no que puede buscarse problemas mayores. Así Marty decide no aparecer por su casa y su trabajo durante un tiempo, escabulléndose ya sea en casa de un amigo o en hoteles y/o pensiones, dependiendo de su estado monetario.
Y aunque las referencias previas apuntaban a Buzzard -película independiente que cierra una trilogía creada por Joel Potrykus- hacía el estrellato, en realidad el filme queda lejos de alzarse como la propuesta más interesante de AFF. Vayamos por partes.
De entrada nos topamos con una propuesta que ya de entrada apunta maneras, no deja dudas en que busca romper esquemas, el filme no quiere parecerse a nada, necesita su propio sello, y a pesar de las inevitables las influencias (e incluso las referencias claras del filme), consigue asentarse como una cinta única dejando de lado esas influencias de cineastas como Michael Haneke en su agresividad -Funny Games (1997)- o Solondz con sus personajes desencantados y perdedores -Dark Horse (2011), por citar un par.
De este modo, Potrykus, crea una película que nos habla sin rodeos sobre la generación que nació en los 80/90, una generación que ha quedado anclada al pasado, necesitada de sus referentes juveniles, incapaz de madurar y adaptarse al sistema social que hemos creado. Una generación eclipsada por la alargada sombra de la sobreprotección de unos padres que han luchado por su bienestar, pero que han creado unas criaturas incapaces de subsistir por ellos mismos, ya sea por la actual situación socio-económica o por no haber estado lo suficientemente preparados para afrontar lo que la vida les depara.
Potrykus sabe lo que quiere presentarnos y sabe como hacerlo. Las múltiples referencias a mitos de los 80 como Freddy Krueger o la Nintendo NES se encargan de situar a nuestro protagonista y a alguno de los secundarios, la relación con la familia, el estado laboral y la soledad que rodea a Marty son realmente lo que da fuerza y credibilidad a una historia algo trillada, que se basa en el exceso y juega con un humor algo difícil, pero que se sustenta de todas todas.
El problema del filme aparece hacía la mitad del mismo, cuándo la película poco a poco va convirtiéndose en un Déjà vu constante, no consigue llegar a ninguna parte, y aunque esa sea seguramente una de sus intenciones, al final el resultado es hastiante y poco hueco. Algo nada agradecido para el espectador, pues a pesar de que una de los mejores momentos del filme sea cuando el protagonista pide un plato de pasta, pues define muy bien la situación del personaje y nos lo acerca a nosotros lo máximo posible, es realmente un punto dónde la película ya ha perdido toda su fuerza y se convierte en un producto que no para de perder interés, incluso muy a pesar de un final que intenta terminar de la mejor de las maneras, pero para entonces ya estamos deseando ver los títulos de crédito y despedirnos para siempre de Marty y sus chorradas.
Así que al final, y muy a pesar de las buenas ideas, el filme no cumple con las expectativas, y se convierte en tan solo un intento de reflejo social de formas muy distintas a las que el cine nos puede tener acostumbrados, una lástima, ya que en Buzzard podríamos haber encontrado una película mucho mejor.
Marty se aburre en su monótono trabajo temporal y subsiste a través de pequeñas artimañas que encuentra en los vacíos legales de su banco, mintiendo en su empleo, o aprovechando cualquier oportunidad para sacar lo que sea. Su vida sigue a un ritmo lento, hasta que una de esas trampas le sale mal, y no solo puede que le cueste el empleo, si no que puede buscarse problemas mayores. Así Marty decide no aparecer por su casa y su trabajo durante un tiempo, escabulléndose ya sea en casa de un amigo o en hoteles y/o pensiones, dependiendo de su estado monetario.
Y aunque las referencias previas apuntaban a Buzzard -película independiente que cierra una trilogía creada por Joel Potrykus- hacía el estrellato, en realidad el filme queda lejos de alzarse como la propuesta más interesante de AFF. Vayamos por partes.
De entrada nos topamos con una propuesta que ya de entrada apunta maneras, no deja dudas en que busca romper esquemas, el filme no quiere parecerse a nada, necesita su propio sello, y a pesar de las inevitables las influencias (e incluso las referencias claras del filme), consigue asentarse como una cinta única dejando de lado esas influencias de cineastas como Michael Haneke en su agresividad -Funny Games (1997)- o Solondz con sus personajes desencantados y perdedores -Dark Horse (2011), por citar un par.
De este modo, Potrykus, crea una película que nos habla sin rodeos sobre la generación que nació en los 80/90, una generación que ha quedado anclada al pasado, necesitada de sus referentes juveniles, incapaz de madurar y adaptarse al sistema social que hemos creado. Una generación eclipsada por la alargada sombra de la sobreprotección de unos padres que han luchado por su bienestar, pero que han creado unas criaturas incapaces de subsistir por ellos mismos, ya sea por la actual situación socio-económica o por no haber estado lo suficientemente preparados para afrontar lo que la vida les depara.
Potrykus sabe lo que quiere presentarnos y sabe como hacerlo. Las múltiples referencias a mitos de los 80 como Freddy Krueger o la Nintendo NES se encargan de situar a nuestro protagonista y a alguno de los secundarios, la relación con la familia, el estado laboral y la soledad que rodea a Marty son realmente lo que da fuerza y credibilidad a una historia algo trillada, que se basa en el exceso y juega con un humor algo difícil, pero que se sustenta de todas todas.
El problema del filme aparece hacía la mitad del mismo, cuándo la película poco a poco va convirtiéndose en un Déjà vu constante, no consigue llegar a ninguna parte, y aunque esa sea seguramente una de sus intenciones, al final el resultado es hastiante y poco hueco. Algo nada agradecido para el espectador, pues a pesar de que una de los mejores momentos del filme sea cuando el protagonista pide un plato de pasta, pues define muy bien la situación del personaje y nos lo acerca a nosotros lo máximo posible, es realmente un punto dónde la película ya ha perdido toda su fuerza y se convierte en un producto que no para de perder interés, incluso muy a pesar de un final que intenta terminar de la mejor de las maneras, pero para entonces ya estamos deseando ver los títulos de crédito y despedirnos para siempre de Marty y sus chorradas.
Así que al final, y muy a pesar de las buenas ideas, el filme no cumple con las expectativas, y se convierte en tan solo un intento de reflejo social de formas muy distintas a las que el cine nos puede tener acostumbrados, una lástima, ya que en Buzzard podríamos haber encontrado una película mucho mejor.
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TÍTULO ORIGINAL Buzzard AÑO 2014 DURACIÓN 97 min. PAÍS Estados Unidos IDIOMA Inglés, Español (Algunas palabras) DIRECCIÓN Joel Potrykus GUIÓN Joel Potrykus FOTOGRAFÍA Adam J. Minnick REPARTO Joel Potrykus, Joshua Burge, Jason Roth PRODUCTORA Sob Noisse Movies
GÉNERO Drama
TEMÁTICA Cine independiente USA. Comedia dramática. Trabajo/Empleo
SINOPSIS
Marty es un trabajador temporal que se aburre en su monótona oficina y
que cree que se merece algo mejor en su vida. Por ello, poco a poco se
ha ido convirtiendo en un estafador de poca monta. Cuando su último
fraude le sale mal, entra en un estado de paranoia y decide esconderse.
Primero en el sótano de su compañero de trabajo y luego en un barrio
desolado de Detroit. Allí, dependiendo del dinero que pueda conseguir,
se alojará en un hotel de lujo o en un sucio motel. Pronto su paranoia
se transformará en un estado de nihilismo puro en el que se sentirá
invencible.
PREMIOS
2014: Americana Film Fest: Premio del jurado joven.
2014: Little Rock: Nominada a mejor película.
2014: Locarno: Mención especial del jurado joven.
2014: Little Rock: Nominada a mejor película.
2014: Locarno: Mención especial del jurado joven.
CRÍTICA
+ "Una gélida alegoría cuyo antihéroe es, al mismo tiempo, atractivo y repulsivo" (John DeFore: The Hollywood Reporter)
+ "La tercera entrega de la trilogía anijmal de Joel Potrykus se revela tan fascinante como desconcertante" (Ronnie Scheib: Variety)
= "Buzzard bebe de la vulgaridad y se siente orgullosa de ser una obra fea. Tan fea que o la aplaudes entre carcajadas o te pasas la película pendiente del móvil en busca de algo más interesante." (Guillem Casals: Dentro de la sala)
- "Buzzard se queda en un film de bajo presupuesto que, sabedor de ello, prefiere explotar esa condición a intentar cuidar un poco algunas de sus puestas en escena y encuadres o diálogos e interpretaciones (destacando, eso sí, la de los dos protagonistas, por cierto de ellos el propio director). Y claro, tanta cutrería, sin venir acompañada de un gancho, acaba convirtiéndola en aburrida, aunque su primera mitad sea bastante disfrutable." (Arantxa Acosta: Cine Divergente)
- "Buzzard ni bizarra ni punky ni nada por el estilo. Un intento de ser diferente que se queda a medio camino. Una lástima." (C. Noodles: Ciudadano Noodles)
+ "La tercera entrega de la trilogía anijmal de Joel Potrykus se revela tan fascinante como desconcertante" (Ronnie Scheib: Variety)
= "Buzzard bebe de la vulgaridad y se siente orgullosa de ser una obra fea. Tan fea que o la aplaudes entre carcajadas o te pasas la película pendiente del móvil en busca de algo más interesante." (Guillem Casals: Dentro de la sala)
- "Buzzard se queda en un film de bajo presupuesto que, sabedor de ello, prefiere explotar esa condición a intentar cuidar un poco algunas de sus puestas en escena y encuadres o diálogos e interpretaciones (destacando, eso sí, la de los dos protagonistas, por cierto de ellos el propio director). Y claro, tanta cutrería, sin venir acompañada de un gancho, acaba convirtiéndola en aburrida, aunque su primera mitad sea bastante disfrutable." (Arantxa Acosta: Cine Divergente)
- "Buzzard ni bizarra ni punky ni nada por el estilo. Un intento de ser diferente que se queda a medio camino. Una lástima." (C. Noodles: Ciudadano Noodles)
PUNTUACIONES
5,0 | 6,1 | 6,4 | |||
NOTA MEDIA: 5,8 |
TRAILER
VER TAMBIÉN
Pues a mi me ha picado la curiosidad. Este tipo de pelis me atraen bastante, y en ocasiones me llevo chascos, pero bueno, hay que verla.
ResponderEliminarUn saludo.
Me parece interesante que por fin se retrate a nuestra generación tal y como es: una adolescencia perpetua sobre una frágil capa de hielo. Es una lástima que la película se vaya desinflando, pero igual le daría una oportunidad.
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