En lo que va de año ya son tres los documentales independientes que se han centrado en varios problemas que parece están afectando a la ciudad de Barcelona. Títulos como Ciutat morta (Ciudad muerta) (Xavier Artigas, Xapo Ortega, 2014), que se centra en la impunidad policial, legal y administrativa; MACBA: la dreta, l'esquerra i els rics (MACBA: la derecha, la izquierda y los ricos) (Societat U, 2014), que intenta comprender la ética de las políticas gentrificadoras de la ciudad; o la que hoy nos ocupa: Bye Bye Barcelona, que si habéis estado al tanto de la prensa durante este último mes, se centra en un problema que cada vez más preocupa a los ciudadanos de Barcelona, la masificación turistica.
Bye Bye Barcelona intenta comprender la problemática del turismo en la ciudad Condal a través de varias entrevistas a académicos del sector turístico, historiadores y vecinos de la provincia catalana, que explican su visión subjetiva de cómo está influenciando la llegada de tantos visitantes a la ciudad, siendo esta la tercera ciudad más visitada de toda Europa, por detrás de Venecia y París. Para ello se centra en las zonas que reciben más visitantes y se divide en siete capítulos: 1. La Rambla; 2. El auge del turismo; 3. El motocultivo turístico; 4. Plan de usos de Ciutat Vella; 5. Sagrada Familia; 6. Parc Güell; 7. Pisos turísticos.
¿Qué sucede en Barcelona? ¿Por qué un sector que se supone da riqueza a la ciudad, está siendo objeto de tantas protestas, como hemos visto estos últimos días en la prensa? Eduardo Chibás, residente de Barcelona, vecino de la Sagrada Familia, se pregunta que está pasando con la ciudad de la cual se enamoró y que por consiguiente eligió para vivir. En su documental intenta encontrar respuesta a sus preguntas, y para ello habla con personas que también echan de menos la ciudad que conocían.
Es cierto que la película tiene claro el enfoque que quiere dar dando voz a las personas para denunciar la masificación, el incivismo, la privatización, la degradación del nivel de vida, la perdida del comercio tradicional, y muchos otras problemáticas que genera el modelo turístico que está ganando la ciudad y como estos afectan a sus vecinos, pero también intenta recordar, que es precisamente ese sector el que más dinero aporta a sus ciudadanos y que es a la vez el que permite dar un buen nivel de vida, algo contradictorio, ya que es el mismo el que lo da y el que lo quita.
La película es en todo caso muy esclarecedora. Los datos son realmente escalofriantes al ver como el número de visitantes llega a doblar al número de residentes de la ciudad, encontrando lógico el miedo a la generación de una ciudad de cartón piedra para estos últimos, que a su vez denuncian como este mismo modelo no es bueno para los que vienen a conocer a la ciudad, ya que lo que se encuentran es decepcionante. Pero a la vez se echa en falta la visión de alguno de los que permiten que este tipo de turismo sea el imperante en la ciudad condal, para hacernos una idea de los motivos de esta permisividad a todo precio, y que den un contrapunto que dote de objetividad al filme, ya que a pesar de las explicaciones de algunos de los entrevistados que explican la riqueza que deja el modelo, no llega a conseguir que sintamos esa total visión objetiva.
Otro de los puntos que no explota la película, pero que planea directamente sobre ella, es la xenofobia que despierta una problemática de este tipo, y que puede generar también el visionado malentendido de un filme de estas características. Que el racismo está despertando en Europa no es ninguna novedad, evidentemente la crisis económica es la mayor fuerza ante esta nueva oleada, pero en Bye Bye Barcelona podemos darnos cuenta como otros aspectos de invasión pueden hacer renacer poco a poco esa chispa. Es evidente que alguien que ha asentado su hogar en una zona, y ve como su estilo de vida está siendo invadido por gente de fuera (aunque no sean estos los culpables directos de esta permitida invasión), vaya poco a poco creando un rechazo a lo foráneo.
De todos modos tenemos delante un documento muy interesante, cuya exploración puede llevarse a otros puntos de la geografía mundial, y que deja clara la falta de actuación por parte de gobernantes, y el malestar que puede generar un concepto mal conducido, a pesar que este parta de una idea amable de la industria.
Bye Bye Barcelona intenta comprender la problemática del turismo en la ciudad Condal a través de varias entrevistas a académicos del sector turístico, historiadores y vecinos de la provincia catalana, que explican su visión subjetiva de cómo está influenciando la llegada de tantos visitantes a la ciudad, siendo esta la tercera ciudad más visitada de toda Europa, por detrás de Venecia y París. Para ello se centra en las zonas que reciben más visitantes y se divide en siete capítulos: 1. La Rambla; 2. El auge del turismo; 3. El motocultivo turístico; 4. Plan de usos de Ciutat Vella; 5. Sagrada Familia; 6. Parc Güell; 7. Pisos turísticos.
¿Qué sucede en Barcelona? ¿Por qué un sector que se supone da riqueza a la ciudad, está siendo objeto de tantas protestas, como hemos visto estos últimos días en la prensa? Eduardo Chibás, residente de Barcelona, vecino de la Sagrada Familia, se pregunta que está pasando con la ciudad de la cual se enamoró y que por consiguiente eligió para vivir. En su documental intenta encontrar respuesta a sus preguntas, y para ello habla con personas que también echan de menos la ciudad que conocían.
Es cierto que la película tiene claro el enfoque que quiere dar dando voz a las personas para denunciar la masificación, el incivismo, la privatización, la degradación del nivel de vida, la perdida del comercio tradicional, y muchos otras problemáticas que genera el modelo turístico que está ganando la ciudad y como estos afectan a sus vecinos, pero también intenta recordar, que es precisamente ese sector el que más dinero aporta a sus ciudadanos y que es a la vez el que permite dar un buen nivel de vida, algo contradictorio, ya que es el mismo el que lo da y el que lo quita.
La película es en todo caso muy esclarecedora. Los datos son realmente escalofriantes al ver como el número de visitantes llega a doblar al número de residentes de la ciudad, encontrando lógico el miedo a la generación de una ciudad de cartón piedra para estos últimos, que a su vez denuncian como este mismo modelo no es bueno para los que vienen a conocer a la ciudad, ya que lo que se encuentran es decepcionante. Pero a la vez se echa en falta la visión de alguno de los que permiten que este tipo de turismo sea el imperante en la ciudad condal, para hacernos una idea de los motivos de esta permisividad a todo precio, y que den un contrapunto que dote de objetividad al filme, ya que a pesar de las explicaciones de algunos de los entrevistados que explican la riqueza que deja el modelo, no llega a conseguir que sintamos esa total visión objetiva.
Otro de los puntos que no explota la película, pero que planea directamente sobre ella, es la xenofobia que despierta una problemática de este tipo, y que puede generar también el visionado malentendido de un filme de estas características. Que el racismo está despertando en Europa no es ninguna novedad, evidentemente la crisis económica es la mayor fuerza ante esta nueva oleada, pero en Bye Bye Barcelona podemos darnos cuenta como otros aspectos de invasión pueden hacer renacer poco a poco esa chispa. Es evidente que alguien que ha asentado su hogar en una zona, y ve como su estilo de vida está siendo invadido por gente de fuera (aunque no sean estos los culpables directos de esta permitida invasión), vaya poco a poco creando un rechazo a lo foráneo.
De todos modos tenemos delante un documento muy interesante, cuya exploración puede llevarse a otros puntos de la geografía mundial, y que deja clara la falta de actuación por parte de gobernantes, y el malestar que puede generar un concepto mal conducido, a pesar que este parta de una idea amable de la industria.
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TÍTULO ORIGINAL Bye Bye Barcelona AÑO 2014 DURACIÓN 55 min. PAÍS España IDIOMA Catalán, Español DIRECCIÓN Eduardo Chibás Fernández GUIÓN Eduardo Chibás Fernández FOTOGRAFÍA Eduardo Chibás Fernández MÚSICA Sebastián Seifert, Kill. Minima, Chris Zabriskie, Dan-o, Kevin McLeod REPARTO Pepe Collado, Mario García Mas, Gabriel Picart, Conchi Roque, Enric Vila Delcòs, Juan Itxaso, Llum Ventura, Marc Javierre, María Martínez, Reme Gómez, María Mas, José María Perceval, Santiago Tejedor, Rodrigo Arroyo, Daniel Pardo, Tomás Durán, Alfredo Tarre, Fabiola González PRODUCTORA Eduardo Chibás
GÉNERO Documental
TEMÁTICA Mediometraje. Cine social. Corrupción. Crisis económica. Política
SINOPSIS
Bye Bye Barcelona es un documental acerca de una ciudad y su relación
con el turismo, acerca de la difícil convivencia entre Barcelona y los
barceloneses, y el turismo y los turistas. Es un documental que expone,
de la mano de algunos de sus residentes, los graves efectos que tiene
el turismo masivo en la ciudad condal. Es un documental que puedes ver
entero, o por capítulos y a tu ritmo, y que no pretende otra cosa que
servir de contrapunto a la tan repetida idea de que con el turismo
ganamos todos. Este es un documental sobre lo que perdemos.
CRÍTICA
+ "La película se explica como un contrapunto dónde se comprueba que el ciudadano siente que va perdiendo espacios ante una invasión sin parangón del turismo low cost, del consumo rápido de la ciudad, en el que el urbanismo, las políticas públicas y los habitantes se entremezclan de manera perversa y, en ocasiones, implacable." (Lucía Lijtmaer: Eldiario.es)
PUNTUACIONES
6,5 | -- | 7,1 | |||
NOTA MEDIA: 6,8 |
TRAILER
PELÍCULA COMPLETA
VER TAMBIÉN
Me lo apunto. Barcelona me encanta y voy siempre que puedo (este verano fue solo durante unas horas, de paso, pero aún así me dio tiempo a tomar unas cervezas).
ResponderEliminarSaludos.
Se ve bastante interesante y ademas sale en el momento justo con las manifestaciones de vecinos enfadados con el llamado turismo no deseado.
ResponderEliminarPues sí que suena de lo más interesante, y todavía más ver que el documental está disponible íntegro en youtube. Este pendiente sí que lo saldaré pronto.
ResponderEliminarPor desgracia es cierto que en muchas ocasiones los documentales se quedan en un sólo punto de vista y prefieren no ahondar en otros que complicarían la cuestión, quizás por la incapacidad de tratarla en toda su dimensión. Con todo seguro que incluso esa fracción del tema vale bastante la pena. Ya te contaré cuando la vea.