Aunque todavía tengo muchas películas favoritas pendientes como la popular La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014), la premiada Magical Girl (Carlos Vermut, 2014) o la internacional 10.000 km. (Carlos Marqués-Marcet, 2014), no puedo evitar posicionarme por el segundo largometraje de ficción del duo de directores vascos José Mari Goenaga y Jon Garaño, que tras sorprender con su película de amor tardío y a contracorriente 80 egunean (En 80 días) (2010), vuelven con un filme totalmente imprescindible, Loreak (Flores), una de las mejores películas españolas de este año.
Parece que la vida de Ane se apaga poco a poco con el descontento que se ha apoderado de ella. De repente un día empieza a recibir semanalmente un ramo de flores que, aunque en un principio cree que son de parte de su frío marido, no tarda en darse cuenta que no es él quién las manda. Aunque siga sin conocer la identidad del culpable de los ramos, Ane empieza a sentirse mejor con ella misma. A su vez, Lourdes y Tere, también ven como unas misteriosas flores trastocan sus vidas al aparecer semanalmente en el lugar dónde un ser querido para ambas falleció. No tienen ni idea de quién puede ser el que esté alimentando el recuerdo, y eso también trastoca sus vidas.
Conseguir contarnos una película dónde lo emocional prima no sería posible sin una fuerte base como es el nivel actoral del filme, del cual se sustenta todo orden narrativo. Un filme dónde no existen los golpes de efecto, ni los grandes giros de guión necesita de una fuerte presencia por parte de sus personajes, y desde luego Loreak cuenta con ello. Reside pues en los gestos, miradas y movimientos de las protagonistas el verdadero argumento del filme, que se nos cuenta gracias a las interpretaciones de tres mujeres que han sabido captar cada una a su manera el verdadero tinte emocional y argumental de la película.
Itziar Ituño interpreta a una de las más complejas (Lourdes), una mujer que esconde sus emociones, y no sólo a los demás, si no a ella misma, quiere que la dejen vivir en paz, pero no sabe como hacerlo sin amarguras. La variopinta gama de matices de su personaje es difícil de comprender para el espectador, pero Ituño la hace de fácil alcance. Por otro lado, la veterana Itiar Aizpuru, que ya nos enamoró protagonizando la anterior 80 egunean, muestra una vez más la versatilidad con la que es capaz de dotar al personaje más distante con nosotros, pero que a la vez es más fácil de comprender. Aizpuru hace de Tere una mujer compleja, y nos enseña el excelente trabajo que hace de ella con el cambio de registros a los que se presta su personaje. Y por último, destaca especialmente la aportación de Nagore Aranburu con su Ane. El personaje más interesante de los tres, y no precisamente por ser el más matizado, si no por el trabajo que la propia Aranburu consigue con ella utilizando una mudez casi imperante, pero intensas miradas y una gestualidad que dice todo lo que las palabras jamás podrían decir. Pocos actores consiguen conmovernos sin mediar palabra, y la Ane de Aranburu lo consigue, siendo su presencia siempre magnifica en el filme.
El trío actoral es en esencia la fuerza de una película que se construye gracias a ellas, y el refuerzo de unos matizados secundarios a los que también afecta la bomba expansiva de sus emociones. Punto en común con el anterior trabajo de Goneaga y Garaño, dónde se trabajan los conflictos emocionales y las diferencias entre el recuerdo y lo real, pero que en esta ocasión se ve reforzados por una mejora estética y un detallismo impresionante. El mimo con el que se trata cada detalle, cada plano, cada movimiento en Loreak, es tan emocionante como su propia historia. Nada es casual en la película, todo está medido y meditado, así vemos como la planificación, el montaje, la música o la fotografía hacen del filme una obra de inmensa belleza y de un tacto incomparable. Ojalá tuviésemos más ocasiones de ver películas tan bien tratadas como esta. Dónde historia y factura técnica no se pelean, si no que se funden en una sin que el destaque de la otra consiga hacernos perdernos los verdaderos motivos importantes del filme. Excelente.
Las flores que nos envían estos directores vascos son un regalo estupendo para hacernos reflexionar sobre la visión parcial de la realidad, sobre la memoria... y nos enseña diferentes maneras de afrentarse a la pérdida, con el efecto que ello puede tener no solo en nuestras vidas, si no en las de todos los que nos rodean.
Una película deliciosa, sensible, y que emociona con cada uno de sus momentos. Una estupenda apuesta que os recomiendo atrapar antes de que desaparezca de los pocos cines que se han atrevido a proyectarla.
Parece que la vida de Ane se apaga poco a poco con el descontento que se ha apoderado de ella. De repente un día empieza a recibir semanalmente un ramo de flores que, aunque en un principio cree que son de parte de su frío marido, no tarda en darse cuenta que no es él quién las manda. Aunque siga sin conocer la identidad del culpable de los ramos, Ane empieza a sentirse mejor con ella misma. A su vez, Lourdes y Tere, también ven como unas misteriosas flores trastocan sus vidas al aparecer semanalmente en el lugar dónde un ser querido para ambas falleció. No tienen ni idea de quién puede ser el que esté alimentando el recuerdo, y eso también trastoca sus vidas.
Sólo son flores.Loreak se sostiene por dos columnas inamovibles. Su guión es uno de los pilares esenciales, el tándem vasco (al que habría que sumar la colaboración de Aitor Arregi) consigue un texto estupendo a partir de una historia de lo más humana, que hace que el espectador lo viva como algo realmente cercano. Pero hablar de algo como las emociones no es tarea sencilla si queremos conseguir un resultado de nivel, por eso la apuesta de Loreak es de lo más acertada al presentar los afectos mostrando la separación entre la realidad vista desde fuera y la propia, un choque de difícil comprensión, pero que se hace de sencillo entendimiento al verlo plasmado en la pantalla. Unas diferencias que provocan poco entendimiento, y que nos muestran como la objetividad puede ser tan confusa como las propias emociones. De este modo el filme abandona la idea de película de casualidades, para adentrarse de lleno en el mundo de las emociones, montando el eje dramático más allá de los acontecimientos, es decir, construyéndolo dentro de sus personajes.
Conseguir contarnos una película dónde lo emocional prima no sería posible sin una fuerte base como es el nivel actoral del filme, del cual se sustenta todo orden narrativo. Un filme dónde no existen los golpes de efecto, ni los grandes giros de guión necesita de una fuerte presencia por parte de sus personajes, y desde luego Loreak cuenta con ello. Reside pues en los gestos, miradas y movimientos de las protagonistas el verdadero argumento del filme, que se nos cuenta gracias a las interpretaciones de tres mujeres que han sabido captar cada una a su manera el verdadero tinte emocional y argumental de la película.
Itziar Ituño interpreta a una de las más complejas (Lourdes), una mujer que esconde sus emociones, y no sólo a los demás, si no a ella misma, quiere que la dejen vivir en paz, pero no sabe como hacerlo sin amarguras. La variopinta gama de matices de su personaje es difícil de comprender para el espectador, pero Ituño la hace de fácil alcance. Por otro lado, la veterana Itiar Aizpuru, que ya nos enamoró protagonizando la anterior 80 egunean, muestra una vez más la versatilidad con la que es capaz de dotar al personaje más distante con nosotros, pero que a la vez es más fácil de comprender. Aizpuru hace de Tere una mujer compleja, y nos enseña el excelente trabajo que hace de ella con el cambio de registros a los que se presta su personaje. Y por último, destaca especialmente la aportación de Nagore Aranburu con su Ane. El personaje más interesante de los tres, y no precisamente por ser el más matizado, si no por el trabajo que la propia Aranburu consigue con ella utilizando una mudez casi imperante, pero intensas miradas y una gestualidad que dice todo lo que las palabras jamás podrían decir. Pocos actores consiguen conmovernos sin mediar palabra, y la Ane de Aranburu lo consigue, siendo su presencia siempre magnifica en el filme.
El trío actoral es en esencia la fuerza de una película que se construye gracias a ellas, y el refuerzo de unos matizados secundarios a los que también afecta la bomba expansiva de sus emociones. Punto en común con el anterior trabajo de Goneaga y Garaño, dónde se trabajan los conflictos emocionales y las diferencias entre el recuerdo y lo real, pero que en esta ocasión se ve reforzados por una mejora estética y un detallismo impresionante. El mimo con el que se trata cada detalle, cada plano, cada movimiento en Loreak, es tan emocionante como su propia historia. Nada es casual en la película, todo está medido y meditado, así vemos como la planificación, el montaje, la música o la fotografía hacen del filme una obra de inmensa belleza y de un tacto incomparable. Ojalá tuviésemos más ocasiones de ver películas tan bien tratadas como esta. Dónde historia y factura técnica no se pelean, si no que se funden en una sin que el destaque de la otra consiga hacernos perdernos los verdaderos motivos importantes del filme. Excelente.
Las flores que nos envían estos directores vascos son un regalo estupendo para hacernos reflexionar sobre la visión parcial de la realidad, sobre la memoria... y nos enseña diferentes maneras de afrentarse a la pérdida, con el efecto que ello puede tener no solo en nuestras vidas, si no en las de todos los que nos rodean.
Una película deliciosa, sensible, y que emociona con cada uno de sus momentos. Una estupenda apuesta que os recomiendo atrapar antes de que desaparezca de los pocos cines que se han atrevido a proyectarla.
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TÍTULO ORIGINAL Loreak AÑO 2014 DURACIÓN 99 min. PAÍS España IDIOMA Euskera DIRECCIÓN José Mari Goenaga, Jon Garaño GUIÓN José Mari Goenaga, Jon Garaño, Aitor Arregi MÚSICA Pascal Gaigne FOTOGRAFÍA Javier Agirre REPARTO Nagore Aranburu, Itziar Aizpuru, Itziar Ituño, Josean Bengoetxea, Ane Gabarain, Gotzon Sanchez, Egoitz Lasa, José Ramón Soroiz, Jox Berasategui PRODUCTORA Irusoin / Moriarti Produkzioak
GÉNERO Drama
TEMÁTICA Historias cruzadas. Muerte/Duelo. Melodrama
SINOPSIS
La vida de Ane da un giro cuando semanalmente comienza a recibir de forma
anónima un ramo de flores en su casa. Por su parte las vidas de Lourdes
y Tere también se ven afectadas por unas misteriosas flores. Un
desconocido deposita cada semana un ramo en memoria de alguien que fue
importante en sus vidas. Esta es la historia de tres mujeres, tres vidas
alteradas por la mera presencia de unas flores. Flores que harán brotar
en ellas sentimientos que parecían olvidados… Pero al fin y al cabo, no
son más que flores.
PREMIOS
2014: Festival de San Sebastián: Sección oficial de largometrajes. Mención especial (SIGNIS)
CRÍTICA
+ "Una cristalina, magnética y muy profunda fábula de la desolación. (...) una brillante y precisa reflexión sobre el aroma del recuerdo, sobre el peso de la pérdida. Cualquiera de ellas." (Luis Martínez: Diario El Mundo)
+ "Una hermosa película repleta de sutiles paralelismos entre los personajes (...) supone un gran salto adelante en la filmografía de Garaño y Goenaga" (Javier Ocaña: Diario El País)
+ "Emocionante y delicado melodrama, envuelto en la mayor sencillez (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)" (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
+ "Una de las sorpresas cinéfilas del año (...) Un filme en que no pasa nada y pasa todo (...) Puntuación: ★★★★★ (sobre 5)" (Lluís Bonet Mojica: Diario La Vanguardia)
+ "Loreak bucea en el territorio del drama íntimo, usando a conciencia herramientas propias del thriller (...) Lo mejor: que siga viva, y crezca, tras su visionado. Lo peor: deja cierta desolación en el ánimo del espectador (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)" (Álex Montoya: Fotogramas)
= "Impecable aproximación al drama íntimo, silencioso y minimalista. Aunque a fuerza de tanta perfección, al resultado se le escurre cierta espontaneidad, cierto atrevimiento y, tal vez, cierto calado. (...) Puntuación: ★★★½ (sobre 5)" (Andrea G. Bermejo: Cinemanía)
+ "Una hermosa película repleta de sutiles paralelismos entre los personajes (...) supone un gran salto adelante en la filmografía de Garaño y Goenaga" (Javier Ocaña: Diario El País)
+ "Emocionante y delicado melodrama, envuelto en la mayor sencillez (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)" (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
+ "Una de las sorpresas cinéfilas del año (...) Un filme en que no pasa nada y pasa todo (...) Puntuación: ★★★★★ (sobre 5)" (Lluís Bonet Mojica: Diario La Vanguardia)
+ "Loreak bucea en el territorio del drama íntimo, usando a conciencia herramientas propias del thriller (...) Lo mejor: que siga viva, y crezca, tras su visionado. Lo peor: deja cierta desolación en el ánimo del espectador (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)" (Álex Montoya: Fotogramas)
= "Impecable aproximación al drama íntimo, silencioso y minimalista. Aunque a fuerza de tanta perfección, al resultado se le escurre cierta espontaneidad, cierto atrevimiento y, tal vez, cierto calado. (...) Puntuación: ★★★½ (sobre 5)" (Andrea G. Bermejo: Cinemanía)
PUNTUACIONES
8,0 | 7,2 | 8,1 | |||
NOTA MEDIA: 7,8 |
TRAILER
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