Reacio siempre a ver como Hollywood llevó a la gran pantalla la adaptación de una obra de la literatura tan clave como El principito, y más sabiendo que era un musical, ¡¿A quién en su sano juicio puede ocurrírsele poner a cantar y bailar a los personajes de Antoine de Saint Exupéry?!, las perspectivas de que un día llegase a descubrirla eran más bien nulas, pero aprovechando hace unos meses que se celebrava el 70 aniversario de la obra, el filme inevitablemente llegó a mis ojos. El descubrimiento no pudo ser mejor, cuándo dicen que está és la mejor adaptación que se ha hecho del libro yo añado: y la mejor que se hará.
Tras un accidente en medio del desierto, un aviador conoce a un pequeño niño que dice ser el gobernador de un minusculo planeta perdido en el espacio. El contacto con el joven se convertirá en un viaje para entender las claves de la vida.
En lo único que no me equivocaba es que no hay que estar muy cuerdo para crear una película así, y que es necesaria una imaginación desbordante para convertir El pequeño príncipe en una obra única y sorprendente, la misma imaginación que normalmente desaparece en un adulto y que la propia historia se encarga de reivindicar.
El filme de Stanley Donen desborda en situaciones de lo más naif que en más de una ocasión rozan el surrealismo convirtiendose así en un delirio suculento, en especial cuándo se nos narran los viajes del principito mientras salta de planeta en planeta y descubre, gracias a las pequeñas intervenciones de unos personajes estupendos, las realidades más absurdas de nuestra sociedad. La recreación de estos momentos, utilizando los cambios de color en posproducción, la animación, el ojo de pez, la yuxtaposición de imágenes, y el refuerzo de unos decorados brillantes, no son los únicos a destacar, ya que durante su estáncia en el planeta, el pequeño principe conoce unos personajes de lo más sorprendentes que le harán descubrir emociones cercanas a la amistad o la muerte.
Hay que hacer un paro en esos personajes, interpretados por artístas sobradamente conocidos, y que aunque el papel protagonista e hilo conductor de la historia recaiga sobre Richard Kiley (como aviador), las esporadicas apariciones del resto destacan inmensamente en el filme, especialmente dos de ellas: la del comico Gene Wilder como el desconfiado zorro, en uno de los momentos más divertidos y eficaces del filme, cuya interpretación del can es impecable (además de conducir una de las mejores canciones del filme), y la sorprendente colaboración del mismisimo Bob Fosse como serpiente, dándolo todo en una danza que deja con los ojos como platos, y que deja el Moon Walk de Michael Jackson a la altura del betún.
Para los puristas que no pueden evitar comparar una película con el libro, aunque en la mayoría de ocasiones hay que separar una cosa de la otra, decir que la fidelidad al libro no puede ser mayor, y se puede decir que incluso con todos sus momentos psicodelicos no destroza los conceptos propios de la historia original, al contrario, no hace más que reforzar sus ideas, así que en ese aspecto es complicado llevarse una decepción.
Muchos pueden achacar el culto a este filme por ser hoy concevido como una obra que traslade a parte del público a su niñez cuando pudieron devorar la película como una novedad, pero para nada se cumple esa ley, ya que los que somos más jovenes no sorprenderá la frescura y la lucidez de esta obra de Donen, que aunque decididamente no es la mejor de su filmografía, si que és la que más destaca sobre el resto, ya que nos enseña a ver como lo que parece ser un sombrero en realidad es un elefante engullido por una serpiente.
Tras un accidente en medio del desierto, un aviador conoce a un pequeño niño que dice ser el gobernador de un minusculo planeta perdido en el espacio. El contacto con el joven se convertirá en un viaje para entender las claves de la vida.
En lo único que no me equivocaba es que no hay que estar muy cuerdo para crear una película así, y que es necesaria una imaginación desbordante para convertir El pequeño príncipe en una obra única y sorprendente, la misma imaginación que normalmente desaparece en un adulto y que la propia historia se encarga de reivindicar.
El filme de Stanley Donen desborda en situaciones de lo más naif que en más de una ocasión rozan el surrealismo convirtiendose así en un delirio suculento, en especial cuándo se nos narran los viajes del principito mientras salta de planeta en planeta y descubre, gracias a las pequeñas intervenciones de unos personajes estupendos, las realidades más absurdas de nuestra sociedad. La recreación de estos momentos, utilizando los cambios de color en posproducción, la animación, el ojo de pez, la yuxtaposición de imágenes, y el refuerzo de unos decorados brillantes, no son los únicos a destacar, ya que durante su estáncia en el planeta, el pequeño principe conoce unos personajes de lo más sorprendentes que le harán descubrir emociones cercanas a la amistad o la muerte.
Hay que hacer un paro en esos personajes, interpretados por artístas sobradamente conocidos, y que aunque el papel protagonista e hilo conductor de la historia recaiga sobre Richard Kiley (como aviador), las esporadicas apariciones del resto destacan inmensamente en el filme, especialmente dos de ellas: la del comico Gene Wilder como el desconfiado zorro, en uno de los momentos más divertidos y eficaces del filme, cuya interpretación del can es impecable (además de conducir una de las mejores canciones del filme), y la sorprendente colaboración del mismisimo Bob Fosse como serpiente, dándolo todo en una danza que deja con los ojos como platos, y que deja el Moon Walk de Michael Jackson a la altura del betún.
Para los puristas que no pueden evitar comparar una película con el libro, aunque en la mayoría de ocasiones hay que separar una cosa de la otra, decir que la fidelidad al libro no puede ser mayor, y se puede decir que incluso con todos sus momentos psicodelicos no destroza los conceptos propios de la historia original, al contrario, no hace más que reforzar sus ideas, así que en ese aspecto es complicado llevarse una decepción.
Muchos pueden achacar el culto a este filme por ser hoy concevido como una obra que traslade a parte del público a su niñez cuando pudieron devorar la película como una novedad, pero para nada se cumple esa ley, ya que los que somos más jovenes no sorprenderá la frescura y la lucidez de esta obra de Donen, que aunque decididamente no es la mejor de su filmografía, si que és la que más destaca sobre el resto, ya que nos enseña a ver como lo que parece ser un sombrero en realidad es un elefante engullido por una serpiente.
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TÍTULO ORIGINAL The Little Prince
AÑO 1974
DURACIÓN 89 min.
PAÍS Estados Unidos
IDIOMA Inglés
DIRECTOR Stanley Donen
GUIÓN Alan Jay Lerner (Cuento: Antoine de Saint Exupéry)
MÚSICA Frederick Loewe & Alan Jay Lerner
FOTOGRAFÍA Christopher Challis
REPERTO Richard Kiley, Bob Fosse, Steven Warner, Gene Wilder, Joss Ackland, Clive Revill, Victor Spinetti, Graham Crowden, Donna McKechnie
PRODUCTORA Paramount Pictures
GÉNERO Musical. Fantástico
TEMÁTICA Literatura. Película de culto
AÑO 1974
DURACIÓN 89 min.
PAÍS Estados Unidos
IDIOMA Inglés
DIRECTOR Stanley Donen
GUIÓN Alan Jay Lerner (Cuento: Antoine de Saint Exupéry)
MÚSICA Frederick Loewe & Alan Jay Lerner
FOTOGRAFÍA Christopher Challis
REPERTO Richard Kiley, Bob Fosse, Steven Warner, Gene Wilder, Joss Ackland, Clive Revill, Victor Spinetti, Graham Crowden, Donna McKechnie
PRODUCTORA Paramount Pictures
GÉNERO Musical. Fantástico
TEMÁTICA Literatura. Película de culto
SINOPSIS
Adaptación del cuento homónimo del escritor francés Antoine de Saint-Exupery. Un piloto que tiene que hacer un aterrizaje forzoso en el desierto del Sahara se encuentra con un pequeño príncipe, procedente de otro planeta, que le enseña a descubrir y comprender el sentido de la vida.
Adaptación del cuento homónimo del escritor francés Antoine de Saint-Exupery. Un piloto que tiene que hacer un aterrizaje forzoso en el desierto del Sahara se encuentra con un pequeño príncipe, procedente de otro planeta, que le enseña a descubrir y comprender el sentido de la vida.
PREMIOS
1974: 2 nominaciones al Oscar: Mejor canción, canción original de la BSO (Little Prince)
1974: Globos de oro: Mejor banda sonora original. 3 nominaciones: Mejor película musical/comedia, Mejor actor revelación (Steven Warner), Mejor canción original (I Never Met a Rose)
1974: Globos de oro: Mejor banda sonora original. 3 nominaciones: Mejor película musical/comedia, Mejor actor revelación (Steven Warner), Mejor canción original (I Never Met a Rose)
PUNTUACIONES:
- Descubrepelis: 7
- Filmaffinity: 6,2
- IMDB: 6,1
* Media: 6,4
TRAILER ORIGINAL
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