El artista y la modelo es una película hermosa, un trabajo hecho con mimo por parte de Fernando Trueba que realmente se convierte en una de las películas más preciosas del cine español en esta que llevamos de década.
El film que nos propone Trueba nos cuenta la historia de Marc Cros, un escultor de ya avanzada edad y vacío de estímulos para seguir con su trabajo. Entonces es cuando aparece Mercè, una joven que hará el el artista recupere la inspiración para realizar la que debe ser su última obra. Todo ello ambientado en la decadente II Guerra mundial en una pequeña zona francesa cerca de la frontera con España.
Es un gusto sumergirse con la película en ese amor por el arte y la perfección por capturar la belleza a través de él, ver la lucha del escultor por su compromiso hacia aquello que ama tanto y cree está por encima del resto, como puede ser la locura del hombre. Es inevitable hacer ciertas comparaciones entre el avance de la historia y el propio Trueba, y es que esa búsqueda por la perfección se hace patente también en el trabajo del realizador, que con esta película logra alcanzar momentos realmente bellos. Trueba ya demostró con su anterior trabajo, Chico & Rita, que a pesar de su extensa carrera siguen intactas sus ganas de buscar su propia huella afrontando retos nuevos, y ahí que el mismo nos recuerde a su propio escultor como alter ego.
No hace falta hacer demasiado alarde de la maestría de Fernando Trueba en la dirección del filme, ya que a estas alturas es sobradamente conocido cual es su nivel en el campo. La película evita recursos que empañan la película como puede ser la banda sonora para así sincerarse con un cine metafórico, lleno de serenidad y pureza.
El guión es tan complejo como difícil de tratar, algo que se consigue transmitir en la pantalla gracias a la presencia de sus actores, unos Jean Rochefort y una Aida Folch supremos en su trabajo por transmitir todo aquello que oímos, pero que nos cuentan con su mirada. Una historia dónde el trasfondo belicista se convierte en una almohada de poca importancia, acercándonos así a la figura del artista, sin caer en equívocos de contarnos otra historia que poco tenga que ver con el sincero amor por el arte. Por contra encontramos los siempre pequeños detalles que a pesar de ser también estupendos parece que no hacen más que estorbar en el eje principal, en una película que se hubiese sostenido solamente con la relación entre el artista y su modelo. Hablamos por ejemplo de la estupenda presencia de Chus Lampreave, con un personaje muy divertido pero que hubiese sido mejor dejarlo para otra ocasión, por otra parte la desaprovechada presencia de una potente Claudia Cardinale que nos deja con la sensación de que nos quedamos huérfanos al no conocer de lleno su relación como esposa del esculor y que seguramente podría habernos dado más pistas de la casi perfilada personalidad del artista. A pesar de ello el filme sigue siendo lo suficientemente interesante como para quedar completamente prendado de sus imágenes en blanco y negro.
Sin duda alguna una de las películas del año que al compartir estreno con Blancanieves quedará algo apartada de las miradas del público, algo que no es más que un error, ya que ambas son lo suficientemente interesantes como para no perderse ninguna.
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TÍTULO ORIGINAL El artista y la modelo (L'artiste et son modèle)
AÑO 2012
DURACIÓN 104 min.
PAÍS España
IDIOMA Francés, Español
DIRECTOR Fernando Trueba
GUIÓN Fernando Trueba, Jean-Claude Carriere
FOTOGRAFÍA Daniel Vilar (B&W)
REPARTO Jean Rochefort, Aida Folch, Claudia Cardinale, Chus Lampreave, Götz Otto, Christian Sinniger
PRODUCTORA Fernando Trueba Producciones Cinematográficas S.A. / Bonne Pioche
GÉNERO Drama
TEMÁTICA Años 40. II Guerra Mundial. Arte
AÑO 2012
DURACIÓN 104 min.
PAÍS España
IDIOMA Francés, Español
DIRECTOR Fernando Trueba
GUIÓN Fernando Trueba, Jean-Claude Carriere
FOTOGRAFÍA Daniel Vilar (B&W)
REPARTO Jean Rochefort, Aida Folch, Claudia Cardinale, Chus Lampreave, Götz Otto, Christian Sinniger
PRODUCTORA Fernando Trueba Producciones Cinematográficas S.A. / Bonne Pioche
GÉNERO Drama
TEMÁTICA Años 40. II Guerra Mundial. Arte
SINOPSIS
Verano de 1943. En un lugar de la Francia ocupada, no lejos de la frontera española, vive retirado un viejo y famoso escultor que se siente hastiado de la vida y de la locura de los hombres. Ya nada es capaz de animarle, de servirle de estímulo. Sin embargo, con la llegada de una joven española que se ha fugado de un campo de refugiados y que le servirá de musa, renace en él el deseo de volver a trabajar y esculpir su última obra.
PREMIOS
2012: Festival de San Sebastián: Concha de Plata - Mejor director
2012: Candidata a la preselección española de los Oscar.
CRÍTICAS
+ "Trueba firma una de sus obras más personales y lúcidas (...) Todo en
ella se antoja perfectamente medido, controlado, sin aspavientos, libre
de gestos o pausas muertas" (Luis Martínez: Diario El Mundo)
+ "Una reflexión llena de arte sobre el arte. (...) Hay muchas cosas que
me fascinan en esta película a contracorriente, profunda, escrita con
mimo" (Carlos Boyero: Diario El País)
= "Se notan (para bien) las influencias de las que bebe Trueba (el
realismo poético francés, Renoir), pero el resultado es inequívocamente
personal, y parece completar una secreta trilogía con dos de sus mejores
películas, «El año de las luces» y «Belle Epoque»" (Sergi
Sánchez: Diario La Razón)
+ "Entronca con el mejor cine de Trueba (...) una obra profundamente
intimista (...) Puntuación: **** (sobre 4)" (Jordi Batlle
Caminal: Diario La Vanguardia)
PUNTUACIONES
- Descubrepelis: 7,7
- Filmaffinity: 6,7
- IMDB: 6,9
* Media: 7,1
TRAILER
VER TAMBIÉN
No soy fan de Trueba, siempre le he visto un punto casposillo muy del cine español de los 90 que no me gusta, y en esta película, ese punto de romanticismo casposo también está. Sin embargo, todo lo que chirría sucumbe bajo el yugo de la belleza que narra y es narrada a la par. Para que nos entendamos, la belleza -y perdón por redundar en el asunto- de los planos, notable pero sin obsesiones, sirve para que sean dichas (vistas y oídas) reflexiones sobre el arte y la existencia humana.
ResponderEliminarNo coincido con el anfitrión en el análisis del personaje principal, para él no es más importante la obra de arte que cualquier otra cosa. Simplemente, las cosas que se le plantean a lo largo del filme no le parecen lo suficientemente importantes como para desbancar su primer objetivo, crear (o la búsqueda de la creación). Este argumento mío se basa en el final de la película -que no desvelaré- que nos insinúa que el protagonista prefiere dejar su obra inacabada (sin pasar a piedra), porque lo importante, su relación con el mundo, ya ha terminado. A pesar de afirmar en algún momento que "lo que cuenta es el resultado", es precisamente el resultado de la obra acabada el que menos pertenece al artista. El proceso de crear y de vivir, paladear la vida mientras se trabaja lo inerte, es el camino a Ítaca, la aventura. Descubrir a la llegada a Penélope cargada de amantes y admiradores, no es plato de buen gusto para nadie. El final, el resultado, es lo de menos. La guerra, a su lado, una simpleza.
Por lo que creo que realmente apuesta el personaje principal, es por el ascetismo, no por la arrogancia del creador. El hecho de no participar del mundo, de no interesarse por las grandes cosas, por la intensidad de la cotidiano o la redacción de las páginas de la historia es, a veces, el supremo acto de protesta del hombre que, conocedor de su insignificancia, decide apartar su mirada, cerrar los ojos a la realidad y fundirse a negro para salir de la película y encontrarse con el mundo propio, donde lo único importante es el yo y su correspondencia con el prójimo.
ResponderEliminarQueda claro que, al menos, la película invita a la reflexión. :)
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