En 2012 llegaba a nuestras pantallas la adaptación de una de las novelas más exitosas de Susan Hill, escritora destacada dentro del campo del terror gótico, una cinta que protagonizaba Daniel Radcliffe y que obtuvo una buena acogida general, La mujer de negro (The Woman in Black; James Watkins). El éxito de esa cinta ha hecho que hace poco llegara a los cines una segunda parte del filme: La mujer de negro: El ángel de la muerte (The Woman in Black 2: Angel Of Death; Tom Harper, 2015); esta vez bastante vilipendiado por público y crítica. Pero esta adaptación no ha sido la primera vez que se extrae del papel, pues en 1989 se estrenó la adaptación teatral, cuyo éxito se ha alargado hasta nuestros días, y a su vez, ese mismo año, veía la luz la cinta que hoy os traigo. La mujer de negro llegaba por primera vez a todos los hogares gracias a la televisión, causando terror a los que se atrevieron a verla en sus butacas.
Arthur es un abogado cuyo gabinete envía a un pequeño pueblo de la costa inglesa para gestionar la venta del inmueble de una recién fallecida clienta. Allí descubre como la mujer no tenía familia ni amigos, viviendo sola en un caserón apartado por un camino por el que solo se puede acceder cuándo la marea es baja. En el entierro de la misma, Arthur, se percata de la presencia de una mujer vestida de luto que asiste al sepelio sin acercarse demasiado. ¿Quién es esa extraña mujer?
Contra todo pronostico hay que decir que la versión de 2012 es más fiel a la novela original, siendo esta un disgusto para la propia autora. De todos modos, en este telefilme que dirige Herbert Wise -director prolífico en trabajos televisivos-, la historia se gesta de un modo más duro y con mayor suspense, dejando algunos de los elementos del relato en un segundo plano, dónde el espectador puede intuirlos con facilidad gracias a la excelente puesta en escena. Un argumento que se desarrolla interesante hasta una resolución de lo más atractiva.
El problema de La mujer de negro es que pese al buen trabajo de diseño ambiental, el filme se configura como una cinta no muy agresiva con el espectador (algo que si sucede con la versión de Watkins), dejando solo un par de momentos en que podamos sentir verdadero miedo a lo que estamos viendo. Eso es algo que no percibimos hasta pasado el ecuador de la cinta, pues la excelente ambientación y las sorprendentes localizaciones ayudan a que sintamos atracción por eso tan misterioso que se nos está mostrando en pantalla. Pero a partir de ese punto el interés va menguando, pues el desarrollo se empieza a volver algo repetitivo e irregular, llegando a cansarnos en algunos momentos en los que deberíamos estar totalmente entregados.
Uno de sus puntos a favor es la presencia de Adrian Rawlins, actor inglés que (¿casualidad?) actualmente es conocido por su papel como James Potter, el padre del mismo Radcliffe en la saga del niño mago (¡!), y que en el filme encarna a Arthur, el protagonista. Rawlins es el punto que ofrece un desarrollo más claro y conciso de lo que estamos viendo, pues es el encargado de ir articulando todo el peso argumental que en él recae, consiguiendo levantar algunos confusos momentos de la película.
La mujer de negro es una cinta estupenda para ser vista como una rareza, o como un aperitivo para la superior versión de 2012, ya que esta última consigue crear una atmosfera mucho más tensa y desarrollarse de un modo mucho más claro y conciso, aunque ello implique menos espacio para que el espectador pueda hacer sus conjeturas. Al final se me ocurre que sería genial una versión en la que se adaptaran los esquemas narrativos de esta primera versión, pero que se hiciera con las buenas maneras del filme más contemporáneo, de bien seguro que tendríamos entre manos no solo un éxito asegurado y un filme que de verdadero pavor, si no una cinta realmente redonda.
Arthur es un abogado cuyo gabinete envía a un pequeño pueblo de la costa inglesa para gestionar la venta del inmueble de una recién fallecida clienta. Allí descubre como la mujer no tenía familia ni amigos, viviendo sola en un caserón apartado por un camino por el que solo se puede acceder cuándo la marea es baja. En el entierro de la misma, Arthur, se percata de la presencia de una mujer vestida de luto que asiste al sepelio sin acercarse demasiado. ¿Quién es esa extraña mujer?
Contra todo pronostico hay que decir que la versión de 2012 es más fiel a la novela original, siendo esta un disgusto para la propia autora. De todos modos, en este telefilme que dirige Herbert Wise -director prolífico en trabajos televisivos-, la historia se gesta de un modo más duro y con mayor suspense, dejando algunos de los elementos del relato en un segundo plano, dónde el espectador puede intuirlos con facilidad gracias a la excelente puesta en escena. Un argumento que se desarrolla interesante hasta una resolución de lo más atractiva.
El problema de La mujer de negro es que pese al buen trabajo de diseño ambiental, el filme se configura como una cinta no muy agresiva con el espectador (algo que si sucede con la versión de Watkins), dejando solo un par de momentos en que podamos sentir verdadero miedo a lo que estamos viendo. Eso es algo que no percibimos hasta pasado el ecuador de la cinta, pues la excelente ambientación y las sorprendentes localizaciones ayudan a que sintamos atracción por eso tan misterioso que se nos está mostrando en pantalla. Pero a partir de ese punto el interés va menguando, pues el desarrollo se empieza a volver algo repetitivo e irregular, llegando a cansarnos en algunos momentos en los que deberíamos estar totalmente entregados.
Uno de sus puntos a favor es la presencia de Adrian Rawlins, actor inglés que (¿casualidad?) actualmente es conocido por su papel como James Potter, el padre del mismo Radcliffe en la saga del niño mago (¡!), y que en el filme encarna a Arthur, el protagonista. Rawlins es el punto que ofrece un desarrollo más claro y conciso de lo que estamos viendo, pues es el encargado de ir articulando todo el peso argumental que en él recae, consiguiendo levantar algunos confusos momentos de la película.
La mujer de negro es una cinta estupenda para ser vista como una rareza, o como un aperitivo para la superior versión de 2012, ya que esta última consigue crear una atmosfera mucho más tensa y desarrollarse de un modo mucho más claro y conciso, aunque ello implique menos espacio para que el espectador pueda hacer sus conjeturas. Al final se me ocurre que sería genial una versión en la que se adaptaran los esquemas narrativos de esta primera versión, pero que se hiciera con las buenas maneras del filme más contemporáneo, de bien seguro que tendríamos entre manos no solo un éxito asegurado y un filme que de verdadero pavor, si no una cinta realmente redonda.
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TÍTULO ORIGINAL The Woman in Black AÑO 1989 DURACIÓN 100 min. PAÍS Reino Unido IDIOMA Inglés DIRECCIÓN Herbert Wise GUIÓN Nigel Kneale (Libro: Susan Hill) MÚSICA Rachel Portman FOTOGRAFÍA Michael Davis REPARTO Adrian Rawlins, Bernard Hepton, David Daker, Pauline Moran, David Ryall, Clare Holman, John Cater, John Franklyn-Robbins, Fiona Walker, William Simons, Robin Weaver, Steven Mackintosh, Andy Nyman, Robert Hamilton PRODUCTORA Central Films Limited / Granada Television
GÉNERO Terror. Intriga
TEMÁTICA Fantasmas. Sobrenatural. Casas encantadas. Telefilm. Vida rural
SINOPSIS
Arthur, un joven abogado, es enviado a un pueblo de la costa inglesa
para preparar los tramites de la venta de una casa, cuya propietaria
acaba de morir. Mientras asiste al entierro de la mujer, percibe la
presencia de una misteriosa mujer vestida de negro que no deja de
observarlo.
PREMIOS
1989: Premios BAFTA: 4 nominaciones
CRÍTICA
+ "Nigel Kneale ha hecho un muy buen trabajo adaptando la novela al cine." (Jorge Consiglio: Combogamer)
+ "Una cult movie gracias a su atmósfera sofocante, a su acumulación de detalles visuales perturbadores que sorprenden por el matiz realista de la puesta en escena, y por la excelente interpretación de Adrian Rawlins." (Imagenes)
+ "La película en su época causo furor y terror, pero ahora está un poco desfasada, cosa que para los nostálgicos de las películas de antes no es ningún impedimento, sino todo lo contrario. Aquí no se abusan de efectos especiales, ni de sustos, ni de un gran presupuesto, pero cuenta con una buena atmosfera, actuaciones convincentes y una historia intrigante." (The Dreamers)
+ "Una cult movie gracias a su atmósfera sofocante, a su acumulación de detalles visuales perturbadores que sorprenden por el matiz realista de la puesta en escena, y por la excelente interpretación de Adrian Rawlins." (Imagenes)
+ "La película en su época causo furor y terror, pero ahora está un poco desfasada, cosa que para los nostálgicos de las películas de antes no es ningún impedimento, sino todo lo contrario. Aquí no se abusan de efectos especiales, ni de sustos, ni de un gran presupuesto, pero cuenta con una buena atmosfera, actuaciones convincentes y una historia intrigante." (The Dreamers)
PUNTUACIONES
5,0 | 6,2 | 7,4 | |||
NOTA MEDIA: 6,2 |
ESCENA
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Si que es cierto que la versión de 2012 me produjo fuertes dosis de estupor y verdadera tensión terrorífica, su ambientación y montaje realmente ayudan mucho. Pero la versión del 89 no le tiene mucho que envidiar a su remake, que aun con su pátina ochentera me hizo estremecer de verdadero pánico en más de una ocasión. ¿Qué tendrá ésta historia que logre tocar hasta tal punto la sensibilidad del espectador? Me encanta que una película pueda llegar a hacer esto. Hay tantas que se lo proponen y fracasan en el intento...
ResponderEliminarSolo he visto la versión del 2012 y me gustó, a ver si consigo hacerme con esta.
ResponderEliminarMe recomendaron mucho la versión del 2012 pero me negué a creerlo dada la presencia de Harry Potter. Ahora quizás me replantee darle una oportunidad. Habrá que verse, que me hacen falta dosis de buen terror estos días.
ResponderEliminarSaludooos.